Bajo el sol de la Toscana (II)

| Etiquetas: , | Posted On 31 de octubre de 2009

Visitar Florencia en sólo un día es físicamente imposible, no obstante existen recorridos de un solo día para aquellos que preferimos hacer una visita exprés. Después del Duomo salimos a callejear por la ciudad y a hacer un poco de shopping. ¡Consejo para comprar recuerdos de la ciudad! --> Mirar bien antes de comprar. Si “rebuscáis” entre los puestos y tiendas que venden recuerdos podéis ahorraros unos eurillos. Nosotros compramos de todo, hasta láminas de las pinturas más famosas de Botticelli, Da Vinci y Miguel Ángel. Pero no en los “negocios reglamentarios” sino en los marroquíes del ‘top manta’. Unos señores muy astutos que llamaban a los turistas para venderles algún lienzo y que echaban a correr cuando alguien daba la voz de la alerta cuando se acercaban los Carabinieri.

Resulta graciosa nuestra historia con estos vendedores ambulantes porque los tres (Salva, Mireia y yo) nos encaprichamos de algún cuadro. A saber… El Hombre de Vitruvio (Salva), El Nacimiento de Venus (Mireia) y La Primavera de Botticelli (Rubén). ¿Y qué hicimos? Poner en práctica la picaresca española y desenfundar el arte del regateo. Conclusión: cada lámina, que “en teoría” valía 5 o 6€, nos costó 3€, un precio que el resto de marroquíes a los que nos acercamos a preguntar no estaban dispuestos a negociar y ¡ni mucho menos a rebajar!

Tras nuestras aventuras con los vendedores nos dirigimos hacia el Lungarno, que son las dos calles que bordean las orillas del río Arno y que están atestadas de gente. Allí nos detuvimos en uno de los 8 puentes que cruzan el río para hacer las fotos de rigor e inmortalizar el famoso Ponte Vecchio con sus casitas colgantes. Pero decidimos pasear por este último cuando cayera la tarde o la noche, porque aquí en Italia anochece a las 17:30 (de la tarde española).

Y en resumen… porque la entrada va siendo muy larga… recorrimos la Piazza della Signoria y el Palazzo Vecchio, la Chiesa della Santa Croce… Aunque hubo algo imperdonable que nos dejamos en el tintero: la Galleria degli Uffizi, donde entre otras obras se encuentran las pinturas originales de El Nacimiento de Venus y La Primavera, pintadas ambas por Sandro Botticelli. ¡¡Las mismas réplicas que compramos Mire y yo por 3€ al marroquí ambulante!!

Pero el plato fuerte viene ahora, porque el motivo de no ir a los Uffizi fue el de acudir a ver el David de Miguel Ángel. Esta estatua de mármol blanco tan conocida fue la culpable de que decidiésemos ir a la Galleria dell’Accademia, que es donde está, en lugar de ir a los Uffizi; y de que nos dejásemos 9 desorbitados euros por entrar a verla. Al igual que con el fresco de Masaccio, no nos fuimos de allí sin hacerle otro “retrato” al David. Grabar en vídeo o hacer fotos en el museo está terminantemente prohibido, ni siquiera sin flash. Aunque si os las ingeniáis bien, podréis sacar una instantánea de la escultura sin que las empleadas del museo os griten el aclamado: ¡Non fotoooo! (Si alguien va a verlo, que pruebe colocándose en los laterales de la sala escondido tras las columnas). Al igual que un montón de turistas, sacamos nuestra cámara, y… ¡ta chán! foto por toda la escuadra. He aquí la imagen furtiva.

Y nada más que contar porque al igual que es imposible ver Florencia en un día, también es imposible describirla en una sola entrada.


Nosotros esperamos repetir. ¿Quién se apunta?

Rubén

Bajo el sol de la Toscana (I)

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Desde que aterrizamos en tierras italianas no hemos parado de ir de aquí para allá, pero nunca de viaje a otra ciudad. Que si a IKEA a comprar las cosas de la casa, que si bienvenida de la Universidad multiplicada por tres, que si excursión por Bolonia, que si vete al mercadillo a comprar lo que se nos olvidó en IKEA, que si hay que contratar internet, que si no queda nada en la nevera y hay que ir a comprar… Pero ahora ha llegado la hora de “ver mundo” más allá de los pórticos y los tejados rojos de esta ciudad. Primer viaje: Florencia.
Aquí publicamos la primera entrada sobre Firenze. La primera parte.

Acompañados de nuestra Mireísima que vino desde las Españas pusimos rumbo a la ciudad del arte –una de las ciudades más turísticas y visitadas de Italia junto a Roma y Venecia-. ¡Consejo para los que quieran ir a Florencia desde Bolonia! --> Recomendamos coger el tren regional Bologna centralePrato Centrale. Aunque este convoy para en Prato (una pequeña ciudad de la Toscana limítrofe a la Emilia-Romagna) y posteriormente hay que bajarse allí para coger otro tren, es aconsejable porque el precio es muy barato en comparación con los trenes directos. Además se ha de tener en cuenta que Florencia es un destino un pelín caro y hay que reservar todo el dinero que se pueda para invertirlo en la ciudad y en chuminadas y souvenirs varios (postales, calendarios, bolígrafos, marcapáginas, tazas, gorras, camisetas…).
En resumen: viaje en tren desde Bolonia hasta Prato (1 hora) y otro desde Prato a Florencia (20 minutos). El precio del billete son 5,40€ (sólo ida). Ida y vuelta: 8€.

Una vez pisada tierra florentina, perdimos unos minutos mirando los puestos de souvenirs que había en la estación de tren. ¡Hay de todo! Y desde el primer momento sientes el impulso consumista dentro de ti. Lo tienen todo estudiado.

Florencia es una ciudad, aparte de los tópicos, en la que hay que pagar por casi todo. Pero merece la pena. Los primeros euros se nos fueron en la Iglesia de Santa María Novella. 2,50€ es el precio exacto de la entrada para ver el templo. Allí se exponen multitud de frescos, retablos, esculturas y demás símbolos que rezuman arte por los cuatro costados. Entre las obras más famosas se encuentra la Trinidad de Masaccio, un fresco imponente al que “sin querer” le hicimos un “retrato”.
Después de salir extasiados de la iglesia nos extasiamos aún más cuando vimos cómo asomaba entre los bloques de edificios la famosa cúpula de Brunelleschi. ¡AaAaaAahh! Allá que fuimos.
El centro de la ciudad es pequeño (se recorre andando sin problemas). En 5 minutos llegamos a la Plaza del Duomo. ¡Alucinante! La plaza está compuesta por la gran basílica (Santa Maria dei Fiori) y el Baptisterio. Éste último, en mi opinión, queda un tanto de lado porque es el Duomo con su esbelto “campanile” (campanario) el protagonista de todas las miradas y las cámaras de fotos.

La fachada de estilo gótico del Duomo, es impresionante y obliga a todos los visitantes a permanecer durante diez o más minutos observándola con fascinación.

Y “lógicamente” si la fachada es sorprendente, piensas que el interior tiene que ser más extraordinario todavía. Pero… esto es un tanto relativo, pues aunque el interior es diáfano y la altura asombra, la iglesia no está nada ornamentada (no hay esculturas, ni pinturas) y da la sensación de estar vacía. Pero repito, vale la pena deleitarse ante la fachada y entrar. Sencillamente porque ¡es gratis! Entrar a Santa Maria dei Fiori no cuesta ni un euro. Sin embargo subir a la cúpula o al campanile son 6€ (cada subida). Nosotros optamos por declinar la “invitación” para las próximas veces… ¡porque volveremos!

Continuará…

Rubén

Sorpresa!

| Etiquetas: , | Posted On 29 de octubre de 2009

[ESTA ENTRADA ESTÁ ESCRITA DESDE EL MIÉRCOLES 28 DE OCTUBRE, PERO NO LA HEMOS PODIDO POSTEAR PORQUE TODAVÍA NO TENEMOS INTERNET EN CASA]

Falta poco más de 24h para que recibamos nuestra primera visita y ¡ya está todo listo! Incluso una pequeña sorpresa que tenemos preparada para Mire, y para todos aquellos que vengan a vernos tras ella.

De momento no puedo daros muchas pistas… sólo puedo decir que ya hemos encontrado la forma de espantar a las palomas de nuestro balcón… y que para ello hemos utilizado papel de plata.

Así que si queréis ver el resultado de esta manualidad (Art Attack) estar atentos porque en menos de 24h Mireia la inaugurará… y dejará su huella en nuestra casa ¡para el resto del curso!

La vitta in diretto

| Etiquetas: , | Posted On 28 de octubre de 2009

El otro día en clase hablando con nuestros compañeros, nos preguntaron qué opinión teníamos sobre la televisión de aquí, de Italia. Y pensé ¡anda! llevamos poco más de 40 días aquí y todavía no hemos dicho en el blog nada de la forma de hacer televisión que tienen los italianos.

A nuestros compañeros les dijimos que “es igual que en España, tenemos muchos programas que son los mismos”. Pero lo que no les explicamos es que la televisión aquí es más antigua. No me refiero que sea en blanco y negro, pero casi. ¿Recordáis a las mamachicho? Pues no han evolucionado mucho desde entonces. Otro día me dedicaré a explicaros lo que se estila en la tv del Bel paese.

Como les decíamos a nuestros compañeros, la mayoría de programas españoles tiene un gemelo italiano. Bueno, hay un caso que más que gemelo es un hermano. Un hermano grande, un Grande Fratello”.


La mecánica es la misma. Una casa, 17 concursantes, un premio y cientos de cámaras grabándo día y noche. Y una gala semanal emitida por “Canale Cinque” (T5); eso sí, aquí no está Mercedes Milá. La “condutrice” se llama Alessia Marcuzzi y no, no va vestida de ninguna fruta o verdura.

Grande Fratello cuenta ya con diez emisiones a sus espaldas. Este experimento sociológico llego aquí un año después que en España, en 2000 y hasta ahora siempre se había emitido desde finales de enero hasta mayo con un éxito de audiencia rotundo (ves, esto sí que lo tenemos en común con los italianos). Pero en esta ocasión, la décima edición del concurso la han adelantado a octubre (no sabemos si porque aquí también T5 tiene falta de audiencia como en España). El cambio de temporada no ha dejado indiferente a nadie, e incluso hay quién dice en la red que deberían dejar salir a los concursantes en las “feste natalizie” para ir con “la famiglia”,(que aquí es lo más importante).

La casa de esta décima edición es igual de grande o más que a las que estamos acostumbrados nosotros. Mucha luz natural y todos los muebles muy bohemios sacados de un catálogo del IKEA. Este año, para que no se pierdan los posados en bikini, les han puesto la piscina interior, porque en invierno refresca (más de lo que ya hace).

Lo que falla es el confesionario. Una pared acolchada como si fuera una cabina de radio, en color rojo y un sillón a juego. Ni rastro del famoso cuadro de “Las mil y una noche” de Matisse. En Italia no lo relacionan con el confesionario. Eso sí, lo conocen y lo utilizan como decoración para las salas de espera.

La foto es de una oficina de trabajo temporal que nos encontramos Rubén y yo de camino al Lidel; y no pudimos resistirnos la tentación de inmortalizar el momento.

La “prima puntata” (gala) de la décima edición, comenzó con un baile de todos los concursantes que hasta ahora han pasado por la casa “del cinecittà” (que traducido al castellano sería Guadalix). El plató, lejos de los colores apagados de nuestro Telecinco, es una enorme caja blanca, con público por los cuatro costados, cámaras en cada rincón (incluso con dos “cabeza caliente”) y cientos de pantallas repartidos a lo largo y ancho del cuadrilátero. En el centro, una gran pantalla gigante circular. La presentadora puede caminar tranquilamente por todo el set y hablar mirando hacia cualquier costado porque siempre hay una cámara enfocándola.

Así empezó ayer lunes, “alle 21.10 su Canale Cinque” la vida en directo



A mitad de transmisión, me di cuenta de un “piccolo” detalle, los concursantes no dijeron ni una sola vez aquello de “Mercedes no te oímos”. Las conexiones de audio fueron perfectas, es decir no se coló el sonido del pinganillo de la presentadora, ni mostraban unas imágenes de la casa mientras que el audio era de otra estancia… ¡nada!

Los concursantes fueron entrando uno a uno a la casa, a través de una pasarela con alfombra roja que terminaba frente a una pantalla gigante donde Macuzzi les confirmaba que podían entrar en GF. Bueno, a todos no se lo decía. Y es que aquí el Grande Fratello fue un poco más cruel que en España. Hubo dos concursantes a los que la casa “les cerró la puerta”.

El primero de ellos se tuvo que batir en duelo telefónico con otro aspirante a concursante. Tras veinte minutos estresantes para los dos (pero de recaudación para la cadena), les comunicaron la decisión de la audiencia, dejando fuera a uno de los dos con una cara de desilusión digna de un culebrón sudamericano. La segunda aspirante que no pudo entrar a concursar fue Alessia Giovagnoli una “ragazza” de la Umbría (la región situada en la punta de la bota). A mí me hubiese gustado que entrase esta chica, más que nada porque vive en Bolonia y ¡estudia en la misma facultad que nosotros!



A “mezanotte” todos los concursantes ya estaban sentados en el sofá mientras que en la pantalla la presentadora les dijo eso de -disfrutad mucho de esta experiencia y nos vemos “il prossimo lunedì”-. Y así comienza una nueva entrega de este concurso que ha cautivado a más de medio mundo. Eso sí, la impresión que me dio fue que aquí los grupitos, pactos, las estrategias y los post-paseos por los platós de tv no se estila. Eso sólo es típico de España. Y es que ya se sabe lo que se dice, que “Spain is diferent”

Espero vuestra opinión. Salva

En busca del paquete perdido

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Esta es la historia de cómo un paquete “presuntamente perdido” que esperábamos (por correo urgente) desde hace 3 semanas, no estaba tan “perdido”. Os pongo en antecedentes.

Para seguir una de las materias que cursamos en España nos era imprescindible tener un programita de ordenador llamado QuarkXPress. Tras varios, y cuando digo varios son muchos, intentos por descargarlo y obtener como respuesta un desalentador “Error” optamos por darles trabajo (y unas pelillas) a los de Correos. Siguiendo la forma de envío más antigua desde las palomas mensajeras, mandamos a nuestra corresponsal en España, Mireia Pascual, a cubrir tan histórico evento: acudir a la oficina de Correos más cercana y mandar el paquete, ¡ojo! como ¡urgente!

Los días pasaban y nuestro buzón sólo acumulaba folletos de pizzerías regentadas por pakistaníes y propaganda de los supermercados cercanos. Pero ni rastro del paquete de marras. Pasó la primera semana y, aunque el programa lo conseguimos después de descargarlo en un ordenador de la universidad y pasarlo a nuestro portátil mediante un pen drive porque no nos dejaba abrirlo por razones de seguridad, seguíamos sin recibir noticias de España. Los empleados de Correos aseguraban encarecidamente que el paquete había salido desde Madrid-Barajas y se había perdido en Italia.
“Perdido”, ya salió la palabra que nos temíamos. Segunda semana y más papeles en el buzón. Tercera semana y ya no había ni folletos de publicidad, simplemente el buzón vacío.

No fue hasta hace unos días cuando nos llegó la primera noticia de que el susodicho existía. Mientras nos disponíamos a acribillar un plato de raviolis rellenos de espinacas y ricotta suena el teléfono móvil y una voz de empleado mal pagado insinúa que un envío lle
va allí desde hace dos semanas y ése día era el último para retirarlo. Después de recibir este ultimátum telefónico con los raviolis a medio camino del estómago, rebañamos los platos y nos fuimos al misterioso lugar que nos habían dicho.

Cogimos un autobús, sin pagar billete porque una generosa italiana nos invitó con su bonobús, y en 20 minutos nos encontramos en medio de la estepa rusa. Como si anduviésemos por los páramos que recorre el transiberiano íbamos los dos ateridos del frío en busca del “paquete perdido”, que cada vez estaba más cerca. Bajo nuestros pies una capa de tierra húmeda y matorral fosilizado, a nuestro alrededor la nada y a lo lejos unas vías de tren que por lo menos nos hacían pensar que no estábamos solos en medio de aquel cementerio de elefantes.

<Via Triunvirato n° 20>¡es ahí!

Encontramos la oficina postal y tras pedir explicaciones inútilmente a una empleada inocente hicimos el camino inverso, no sin antes inmortalizar tan glorioso momento.

Podría acabar aquí porque la velada no dio para más, pero antes de cruzar el umbral que delimitaba la puerta de entrada, un señor trajeado nos alcanzó corriendo con sus mocasines manchados de barro y nos preguntó el motivo de la fotografía. ¡Mamma mia! Por un momento pensamos: “Ahora nos saca el kalashnikov, nos pega cuatro tiros y el sobre sin abrir”. Pero no. Nuestros fugaces pensamientos de película de Spielberg no fueron tan allá. El hombre resultó ser uno de los empleados de la empresa y nosotros con un italiano precario le explicamos la situación. (Imaginad cómo le explicáis a un italiano en una lengua que no domináis lo escrito unas líneas más arriba). Si observáis bien la fotografía veréis al hombre mirándonos con cara de pocos amigos. ; )

Al final todo quedó en una simpática anécdota y en 25€ menos en el bolsillo (que es lo que costó el envío). Pero hoy día lo recordamos y no paramos de reírnos. ¡Hay que repetir!

¡¡Saludos!!

P.D. De esta guisa nos encontramos el paquete. ¡Encima roto!

Rubén


Martes, ni te cases, ni te embarques, ni te levantes

| | Posted On 21 de octubre de 2009

No sé si en Italia existirá un día como nuestro “martes trece”. Y si existe, debería ser martes 20. Lo digo porque menudo día que tuvimos ayer ¡para quedarse en la cama y no levantarse!

Los regalitos de las palomas en el balcón ya son habituales, así que no cuentan. Pero ya auguraron que iba a ser un día de m… (de martes). Por cierto, gracias [MATOLA] por vuestro consejo, estamos ideando algo con papel albal porque no tenemos cd’s viejos aquí. De hecho por no tener cd’s, no tenemos ni el que nos envió nuestra compañera Mireia por correo urgente hace más de tres semanas. ¡Sì signore! Casi un mes y todavía no nos ha llegado un cd que se envió desde España como correo urgente. Menos mal que era un cd con un programa de maquetación de textos de la universidad, que si llega a ser un medicamento…

Pues bien, ese mismo programa que se llama QuarkXPress nos jugó la primera desventura del día. Os pongo en antecedentes: aunque estemos de Erasmus, hay tres materias que estamos haciendo a distancia en la UMH. Una de ellas es Lenguaje y Técnicas de Periodismo Escrito, donde cada dos semanas (más o menos) tenemos que escribir un reportaje con las directrices que nos indican los profesores. Esta semana tocaba describir un lugar con vida propia.

Cuando ya teníamos los textos escritos (con foto y todo) nos dispusimos a enviarlos. Pero el PDF que generaba el QuarkXPress con nuestro trabajo pesaba demasiado para enviarlo por mail. Cuando digo demasiado, digo 125Mg, ¡Mamma mia! lo que tardamos en descubrir que se podía guardar en baja resolución… eso sí, la foto perdió mucha calidad. Al final conseguimos enviar la práctica a la UMH ¡pero por los pelos! Para ello nos tocó saltarnos la segunda mitad de la clase de Psicologia della comunicazione.

Esa es otra, que la professoressa de Psicologia (léase psicoloyia) no ayudó mucho a que fuera un buen día. Rubén ya comentó en otro post que la gente en clase habla bastante. Pues bien, ayer a la profesora se le agotó la paciencia y comenzó a reñir al más puro estilo colegio. Lo único que consiguió fueron cinco minutos en silencio y que se nos quedase a todos mal sabor de boca después de semejante chaparrón.

Y el plato fuerte del día vino a mediodía. Tras la universidad nos fuimos para casa porque iba a venir el técnico a instalarnos internet, pero se fue por donde vino cuando vio que no teníamos la chiave (llave) de los contadores telefónicos. “Mi dispiace, ma non è il mio problema. Ciao” sobra la traducción. Así que con un cabreo monumental nos fuimos (después de comer) a la tienda donde hicimos el contrato, pero para hacer la reclamación necesitábamos el número de cliente ¿y dónde está el número de cliente? En el contrato. ¿Y dónde estaba el contrato? En nuestra casa, en la otra punta de la ciudad.

Conclusión: Hoy hemos tenido que volver a la tienda y tras explicar en un italiano desesperado nuestro caso, nos han dicho que el técnico volverá a llamarnos esta semana, pero que por favor tengamos “la chiave”. Así que hasta nuevo aviso tendremos que seguir viniendo hasta “il comune” para conectarnos y actualizar.

¡Qué le vamos a hacer! Così è Italia.

Un saludo, Salva.


Tarde de Tándem

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Esto es un francés, un alemán y un español que están en una cafetería… No, no es un chiste es la descripción de Tándem. Los lunes por la tarde en el Factory Caffè de via Oberdam se oye todo tipo de acentos. La asociación de estudiantes Erasmus ESEG (una de tantas que hay) organiza cada semana este encuentro internacional, donde puedes aprender el idioma que te propongas. Bueno aprender no, mejor dicho hablar. Funciona como su propio nombre indica, como un tándem: es cosa de dos. Yo sé castellano y quiero aprender italiano. Tu parli italiano e vorrei imparare spagnolo. Nos sentamos y nos tomamos un café juntos.

Cuando entras por la puerta (corredera; importante saberlo no sea que hagáis como yo que me empeñé en empujar hasta que salió el camarero a descorrerla) te preguntan qué hablas y qué quieres aprender. Según el idioma te vas sentando en las distintas mesas que hay repartidas por el local. Hay que decir que tampoco es que la cafetería sea muy grande, así que al final acabas oyendo todos los idiomas. Y además ponen un “piccolo” aperitivo para que medio-cenes. Aquí en Italia todas las cafeterías tienen un buffet: pagas la bebida y comes lo que quieras en plan tapas. Eso sí, el precio de la bebida (2,50€ aprox) incluye como si te pidieras dos platos de patatas, cacahuetes y olivas.

En nuestra mesa había unas “ragazze” de la Puglia (la región que está en el tacón de la bota), un chico de Ravenna y otra de Basilicata (también del sur). En el equipo español, una madrileña, uno de Santander y nosotros dos. Hablamos de Berlusconi y Zapatero. De la crisis, del fútbol y de los gestos típicos a la hora de hablar. Descubrimos que para nosotros es más fácil hablar italiano que para ellos castellano, y es que para ellos las tíldes son una maraña de palos sobre las vocales.

Cuando los italianos se marcharon nos juntamos con un grupo de francesas que están aquí estudiando derecho. Se sorprendieron cuando les dijimos que nuestra beca asciende a los 500€ mensuales, ya que a ellas Sarkozy sólo les da 150€. El encuentro francoespañol acabó comparando a Carla Bruni con Belén Esteban. Los alemanes, que se unieron después a la conversación, nos miraban raro mientras hablábamos de algo que para ellos es desconocido: “prensa del corazón”. Pero no me lo creo. No me creo que en Alemania no haya un “DEC” o un “Sálvame”.

En fin. La semana que viene repetiremos. A ver de qué temas acabamos hablando… ¡ya os contaremos!

Hasta entonces, un saludo. Salva.


¡Un mes aquí!

| Etiquetas: , , , | Posted On 16 de octubre de 2009

Hoy estamos de celebración. Cumplimos un mes aquí y toca hacer balance para saber en qué estado se encuentra nuestra situación. ¡Hagan sus apuestas!

Esta es la historia de todo cuanto ocurrió en un piso de 40 metros cuadrados (¡echados a ojo!).

Apenas llevaba un mes con nosotros y se despidió en la más absoluta soledad. Uno de los miembros de nuestra vajilla IKEA se ha ido para siempre… ¡y sólo ha pasado un mes! El elegido fue un vaso del pack de 6 que compramos. Sí, ya hemos roto un vaso, o mejor dicho, se ha roto, porque fue llegar de la universidad y ver que estaba todo rajado. ¡Una lástima! Ahora de los tres pares, uno se ha quedado huérfano, pero por poco tiempo porque ya le hemos encargado a la cigüeña un sustituto. Estamos apurando el vasito de Nutella, que viene con un dibujo de Snoopy, para reponer nuestra vajilla.

¡Y por sólo 1, 69€!

Por otro lado, otro miembro de nuestra vajilla también sufrió un leve contratiempo. En un intento de fregar en un tiempo récord, un plato salió despedido hacia las profundidades del fregadero y con tan mala suerte fue a dar contra la sartén (también del IKEA). Conclusión: un fuerte ¡crack! y el borde desportillado. ¡Gajes del oficio!

La protagonista del III acto de nuestra historia es la lavatrice“ (lavadora). No sé si será que la nuestra tiene un carácter muy suyo o que nos quería tomar el pelo, pero cuando conseguimos introducir el detergente y el suavizante en sus cajetines respectivos, dimos con el programa adecuado y encontramos la tecla mágica que la ponía en marcha; nos sentimos poderosos. Tanto que nos fuimos a dar una vuelta y la dejamos “haciendo los deberes”. La sorpresa vino cuando llegamos a casa. Nuestro miedo era llegar y encontrarnos a los vecinos saliendo en góndola del edificio, pero al llegar a nuestra planta el suelo estaba seco. Nada presagiaba lo que nos encontraríamos al abrir la puerta.

De esta guisa nos encontramos la lavadora. ¡Un poco más y tenemos que ir a buscarla al descansillo! Ya nos ha quedado claro que hemos de atarla cuando centrifugue. ¡No se la puede dejar sola!

Aparte de esta cadena de infortunios en la cocina, es importante destacar el papel que ejercen como reloj-despertador nuestras compañeras de balcón: las palomas. No hay mañana en la que una de estas “ratas voladoras” no nos visite cuando todavía no han puesto las calles y empiece a berrear. Y para más inri, una vez despiertos, con la mala leche recorriendo por las venas, nos encontramos con la mano de pintura gratis que le han dado al suelo del balcón. ¡Pa’ cagarse! (¡Nunca mejor dicho!).

Respecto a las relaciones vecinales podemos contaros que ya hemos resuelto el misterio del “felpudo regurgitante”. No, éste no es el título de uno película de Rob Zombie. El caso es que la alfombrilla de la puerta siempre aparecía plagada de extraños seres que no nos explicábamos de dónde procedían (aunque algo sospechábamos). Y cuál fue nuestra sorpresa al descubrir, apostados tras la mirilla de la puerta como dos viejas marujas, que no era nuestra esterilla la que escupía esas bolas de pelo, era la vecina de enfrente, que salía a espolsar el plumero en el rellano. ¡Por favor, quién le encuentre explicación a este hecho que nos lo haga saber o en su defecto, nos proporcione el teléfono de Iker Jiménez! Gracias.

Y hasta aquí da de sí el primer mes en Bolonia. Hay cosas que se quedan en el tintero y otras que saldrán a la luz próximamente, pero hasta entonces sólo queda esperar...

¡Un saludo!

Rubén

"Sole ma con maglione"

| Etiquetas: , | Posted On 15 de octubre de 2009

De esta forma ha terminado el hombre del tiempo hoy la previsión. Significa que durante los próximos días hará sol, pero necesitaremos llevar puesto “il maglione” (el abrigo) porque bajarán las temperaturas. En España se conoce como “ola de frío”, pero aquí lo llaman “autunno” (otoño). Así que no quiero imaginarme que grados marcarán los termómetros cuando llegue el invierno… ¡uhh!

Nuestros compañeros de clase ya nos han avisado que nos abriguemos bien. Y es que nosotros vamos ya a clase con jersey y chaqueta, pero ellos –salvo uno o dos que sí muestran síntomas de estar helados– van todavía tan campantes con una chaquetilla y manga corta debajo… Pero ahí están, no se constipan… En cambio nosotros vamos todo el día con la “gola” cubierta y aún así no ha habido manera, ¡hemos caído!

Nuestra casa parece una casita de reposo: toda llena de pañuelos y paracetamol… Yo he dejado mis desayunos con capuccino y muffins, por un vaso (vasito, que queda mejor en este caso) de leche caliente (calentita) con una cucharada de “miele”. Y así vamos, intentando recuperarnos lo más pronto posible, porque este fin de semana queremos salir ya un rato, ya que el anterior nos quedamos en casa resguardados del frio y con la nariz entaponada.

Esta semana los menús han sido mucho más sencillos que los que solemos comer (y luego colgar la foto aquí) porque cuando uno está malo no sé porqué pero le apetece comer pechugas de pollo y sopa de estrellitas. Además hemos improvisado un guisado y también preparado arroz tres delicias o como lo llaman aquí “risso alla cantonese” (por si vais a un rest. chino aquí en Italia, que hay unos cuantos).

Con el resfriado no hemos tenido muchas ganas de ir hasta el “comune” (ayuntamiento) todos los días para conectarnos a internet y actualizar el blog. Así que hoy os habréis encontrado con todas las entradas de golpe… lo sentimos, pero es que todavía no tenemos conexión en casa. Eso sí ya nos ha llamado el técnico de Wind (la compañía con la que hemos contratado internet) y vienen a casa “il martedì” a instalarnos el modem ¡el martes, por fin! Así que desde la próxima semana ya no tendremos excusa para actualizar más a menudo.

Hablado de actualizar y de las fotos que ponemos el blog de nuestros platos… Hace ya dos semanas que os propusimos el reto de adivinar lo que iba a cocinar con los ingredientes que había en la foto. Y ¡exacto! ¡Hicimos una paella! Bueno, en realidad un intento de paella… Era la primera vez nos atrevíamos a hacerlo, y cometimos unos cuantos errores… pero ¡de la experiencia se aprende! Aquí os dejamos la foto para que veáis el resultado.


Hasta el martes, que ya tendremos internet

¡Esperamos vuestros comentarios! Un saludo Rubén y Salva.


Primeros días universitarios

| Etiquetas: , | Posted On 14 de octubre de 2009

Hace una semana que empezamos las clases, pero ¡las clases de verdad!, y todo nos sigue recordando a nuestra inolvidable Caja Roja: Atzavares. Todo. Incluido el vicio de hablar en clase. Y es que ni los casi diez siglos de vida que lleva en sus sabias espaldas la Alma Mater Studiorum han servido para erradicar de las aulas la mala costumbre de los alumnos de hablar mientras el profesor/a explica. He aquí una semejanza más con nuestros vecinos del mediterráneo. Seamos italianos o españoles, el chismorreo es internacional.

La Universidad de Bolonia, por mucho tratado que haya, funciona de forma distinta al resto de universidades. Aquí ni plan Bolonia ni nada de lo que “supuestamente conocemos” en España. Los créditos de las materias son 6 ó 12 (aunque todavía coexisten los 5 y 10 créditos anteriores a la reforma), y la duración varía entre un mes y medio o cuatro meses. Sí, una asignatura en sólo un mes y medio. Puede parecer complicado condensar todo el temario en tan poco tiempo pero es incluso mejor porque las materias se hacen más cortas. Las clases se llevan a cabo a través del archiconocido PowerPoint. Eso sí, aquí se imparten con micrófono, ya que las aulas son tan grandes que en las últimas filas se hace difícil escuchar las explicaciones. Aunque en esos sitios interesan más lo que hicieron la noche anterior en la televisión que lo que cuente el profesor. Otro rasgo en común entre universidades.

Así que ni siglos de historia ni nada, ya que cuando se trata de “darle al pico”, importa bien poco la universidad en la que estudies, ya sea la Sorbona de París, la Sapienza de Roma, la Alma Mater de Bologna o la Miguel Hernández de Elche. Y ya no sé continuar sin acordarme de Atzavares; ése edificio burdeos flanqueado por una muralla de adelfas invadidas de pulgón y rodeado de hectáreas y hectáreas de tierra estéril. Esa Caja Roja de los periodistas “ilicitanos” cuyo nombre nos costó pronunciar el primer año de carrera: Atzavares.

¡¡Saludos!!

Rubén


Sorelle d'Italia

| Etiquetas: , , | Posted On 13 de octubre de 2009

Ayer mismo escribía sobre lo patrióticos que son los italianos y hoy mismo lo hemos corroborado. Hasta ahora os habíamos hablado de su bandera, pero tampoco hay quien les toque el himno nacional.


Se llama “Inno di Mameli” y aunque fue escrito en 1847 no fue hasta hace poco cuando se utilizó de forma oficial. Lo cantan en todos los actos oficiales y en las competiciones deportivas ponen los primeros acordes. ¡Y se lo saben hasta los niños! El himno comienza diciendo algo así como:

Fratelli d'Italia

L'Italia s'è desta,

Dell'elmo di Scipio

S'è cinta la testa.

Dov'è la Vittoria?

Le porga la chioma,

Ché schiava di Roma

Iddio la creò.

Pues bien, ayer comenzó la nueva campaña de Calzedonia, y en su anuncio para tv utiliza una canción muy tranquila a la que le han puesto la letra del himno, pero cambiando “fratelli” per “sorelle” (hermanas). El slogan: “il futuro è rosa”; y las imágenes van acordes con la letra de la canción, la del himno.



La polémica está servida. Hoy todos los periódicos recogen el asunto y los más conservadores le dedican palabras muy duras, porque no consideran oportuno utilizar de esa forma “un trozo de la historia de Italia”. En la televisión, mientras sigue emitiéndose el anuncio, los programas de tertulia han tratado el tema. Por lo general muy pocas mujeres se han opuesto al anuncio y alegan que ya era hora de “acabar con el machismo, empezando por el himno”. Los jóvenes, por su parte, opinan que la versión del “Inno di Mameli” le da un nuevo aire sin violar ninguna ley ni ofende a nadie.

La reacción del gobierno de Berlusconi la hemos conocido a través de Maurizio Gasparri, presidente de partido PDL: "Debemos evitar la mezcla de los negocios con el Himno de Italia, que siempre debe ser respetado”. Por otro lado Angelo Vaccarezza, presidente de la provincia de Savona y defensor de los símbolos nacionales: "Con ‘il canto degli italiani‘ no se juega. Y por supuesto, muchísimo menos ponerlo de fondo para un anuncio de medias. Es una vergüenza”.

La más beneficiada de todo esto es Calzedonia, que ha conseguido que su nueva campaña de publicidad la vea todo el mundo. Para bien o para mal pero todos los medios hablan de ella. Y han conseguido abrir un debate sobre la moralidad de usar los símbolos nacionales en publicidad.

Estas cosas sólo pasan en los países que tienen un himno con letra. Ahora entiendo porque en España no dejaron al COE cambiar el himno. Y es que a ver qué empresa utiliza el “chunga-chunga” como música para su spot.

Hasta la próxima. Salva.

Paella, Toros y Olé

| Etiquetas: , | Posted On 12 de octubre de 2009

Paseo por sus calles, viajo por sus carreteras, estudio su historia, apoyo a su selección… pero nunca he tenido la sensación de “ser español”. Simplemente vivía en España. Hasta ahora no había sentido una conexión con el lugar donde nací. Pero hace falta salir al extranjero para tomar conciencia de que perteneces a una tierra.

De todos los 12 de Octubre que he vivido, este es el que más he sentido que era el día de mi país. Antes sólo era una jornada menos que ir a clase y en el que desfilaban los soldados y la cabra en TVE; y que con suerte se juntaba con el 9 d’Octubre y hacían un puente que no venía nada mal. Pero este año, al encontrarme fuera de España, la fecha ha tomado un significado especial.

En los pocos días que llevo aquí me he dado cuenta que los italianos son muy patrióticos. Italia quiere a Italia. No se avergüenzan de decir “soy italiano, como pizza y digo constantemente ‘ecco’ mientras muevo la mano”. A los españoles en cambio, dentro de España, nos da reproche llevar una camiseta o una gorra con los colores rojo y gualda (excepto si es la “roja” de la selección). Además no nos gusta que nos identifiquen con “toros, paella y olé”. Y por supuesto no tenemos colgada todo el día la bandera en el balcón.


Pero todo cambia cuando sales de casa. Aquí en Bolonia casi siempre nos hemos presentado diciendo: “siamo spagnoli” y poco a poco se nos ha acentuado el sentimiento patriótico. Nunca se nos hubiera ocurrido poner la bandera española en el balcón por muy Día de la Hispanidad que fuera, y aquí la vamos a dejar colgada lo que resta de curso. Y es que desde que la tenemos puesta ya nos han dicho dos vecinas en el ascensor, al oírnos hablar castellano, que si éramos los “spagnoli”, y es que habían visto “la bandiera sul balcone”. Además los vecinos de arriba han colgado la bandera de Cerdeña. Y los de enfrente una de Italia.

Y es que toda la ciudad está llena de banderas tricolores (verde, blanco y rojo). Los italianos siempre que pueden la ponen en todos los lugares: en los coches, en los restaurantes, en los comercios… ¡hasta en las pizzas! La pizza margarita lleva el nombre de una reina de aquí, que un día pidió un plato con los colores de la bandera. Sobre la base de pan pusieron oregano, mozzarella y tomate: “ecco là”. Y además está deliciosa.

Si una cosa he aprendido este 12 de Octubre es que no hay que avergonzarse de dónde eres. Más que avergonzarse, no hay que ser tímido a la hora de decir “soy español” (¡ojo! No confundir mis palabras con una apología del partido ultraderechista “España 2000”). Digo que ahora que estoy lejos de casa echo de menos nuestra comida típica (la paella), la tele y sus programas incluidos los de cotilleos con toreros (toros) y sobre todo a su gente y su carácter (olé).

¿Será verdad que en España somos “paella, toros y olé”?

Un saludo. Salva

Nove d'Ottobre

| Etiquetas: | Posted On 9 de octubre de 2009

Es curioso. El otro día mientras mirábamos un calendario nos acordamos que en nuestras ciudades iban a tener un puente este fin de semana, mejor dicho un acueducto. Hoy viernes es 9 d’Octubre y por tanto fiesta en la Comunitat Valenciana; y el lunes es 12 de Octubre, y como dice Concha Velasco, el día de la Fiesta Nacional. Por tanto cuatro días sin trabajar ni ir a la universidad.

Digo que es curioso, porque pensamos que se nos iba a hacer raro ir a clase el 9 o el 12 de este mes. Pero fíjate lo que son las cosas que este primer periodo del primer semestre (hasta el 14 de noviembre) sólo tenemos clase martes, miércoles y jueves. Y por tanto, ni hoy viernes 9, ni el lunes 12, ni ningún viernes ni lunes, vamos a tener clase. ¡Eso sí que es un acueducto!

Para festejar este día de la Comunitat Valenciana no se nos ocurrió otra cosa que comprar “valencianas” para desayunar. Puede parecer una tontería, pero cuando llevas veinte días en un país donde no existen las madalenas y todo es bollería industrial (y Kinder delice), encontrar unos sobaos es todo un acontecimiento.


Así que con “valencianas” en mano, os decimos: ¡Feliç dia!

Asta de biciclete!

| Etiquetas: , , | Posted On 6 de octubre de 2009

Muchos ya pensaréis que os tomamos el pelo cada vez que decimos “hoy ha habido fiesta de presentación en la uni”, y que en realidad sólo son excusas para no ir a clase. Pero la verdad es que aquí en Bolonia el inicio de curso es todo un acontecimiento. En realidad todo el curso es un festejo constante.

Esta vez la fiesta tenía nombre propio: AlmaFest. Durante todo el día la calle principal de la UniBo, Via Zamboni, se ha vuelto a llenar de gente –sin pancartas- para celebrar el inicio de curso. La propia Università ha organizado competiciones deportivas y campeonatos de videojuegos (es decir competiciones deportivas con el mando de la Wii). Hasta ha habido un Asta.

¿Qué es un Asta? ¡Pues una subasta! En este caso de bicicletas. Nosotros no lo sabíamos hasta que vimos a un montón de gente disfrazada y armando jaleo en medio de la piazza Puntoni (al final de via Zamboni). Y todo por conseguir una bicicleta. La gente tiene que conseguir llamar la atención de los presentadores para que paren de subir la oferta. El que aporte el regalo más original o la vestimenta más divertida se lleva una bici por tan sólo 15 o 20 euros.





Y es que el medio de transporte más usado en esta ciudad es la bicicleta. Todo el mundo tiene una. Y cuando vas a cruzar una calle, a veces, tienes que tener más cuidado con las bicicletas que con los coches. De hecho hay semáforos sólo para regular el tráfico a pedal, y casi todas las calles tienen su carril bici. Por lo que nos enteramos, existe todo un negocio detrás de de la compra-venta de bicicletas; y es que la mayoría son robadas. Para romper el círculo vicioso de “compro una bicicleta robada, y al cabo del tiempo me la roban a mí”, el Comune di Bologna con otras asociaciones, está fomentando el Asta de Bicicletas, porque por el mismo precio “meglio una bici usata che non rubata”. Ya os hablaremos más a fondo otro día de este tema.

Por lo que resta del AlmaFest, fue una jornada para descubrir todas las asociaciones culturales y de estudiantes que existen en la ciudad. Cuando llegué a casa no me cabían más panfletos en la mano: el del teatro, de la asociación ESEG, de la ESN, un plano con las bibliotecas, otro de los museos, información para hacer rafting urbano, exposiciones de arte clásico y contemporáneo… y hasta un descuento para ir a ver “La Boheme” ¡por diez euros!

Cada día me gusta más esta ciudad.

Salva.

La lista de la compra

| Etiquetas: , , , , | Posted On 3 de octubre de 2009

Desde el momento en el que un estudiante ERASMUS desembarca en su ciudad de destino, lo primero que necesita es comer. No sé si será por los nervios, por el viaje en avión o por las ganas irreprimibles de catar la gastronomía autóctona, pero lo cierto es que la mayoría llega con hambre.

Las provisiones en el frigorífico y los armarios no pueden escasear, y teniendo muy en cuenta que la economía estudiantil es cuanto menos boyante, muchos comienzan –o mejor dicho, comenzamos– a poner en práctica desde el minuto cero eso de ahorrar.

Para los futuros ERASMUS que vengan a Bolonia esta entrada puede orientarles a elegir la forma de gastar menos dinero. En Bolonia hay muchos supermercados. Entre los más frecuentados se encuentran Coop, Esselunga, Pam, Lidl y Conad. Luego están otros más pequeños como Crai y las tiendas de ultramarinos regentadas mayoritariamente por pakistaníes; y otros más grandes como Carrefour. Tras nuestras habituales visitas a estos lares, con la lista de la compra en mano, ya hemos sacado algunas conjeturas sobre quécomprar y dónde hacerlo.

He aquí un repaso a los supermercados más concurridos. He aquí cuatro ejemplos de cómo comprar en Bolonia.

Por mayoría absoluta, LIDL es el supermercado más barato. Aquí puedes encontrar productos de buena calidad a un precio bajo. A esta compañía alemana no hay quien le tosa, y es que en cuanto a calidad-precio, no tiene ningún competidor. Lo bueno: precios muy asequibles y verdaderas gangas en su sección de menaje y cosas para el hogar (ferretería, papelería, jardinería, ropa…). Lo malo: que están alejados del centro y ofrecen muy poca variedad en sus productos.


Tras Lidl, la siguiente opción es lidiar con “2x1”, “BIS”, “Offerta” e “Ribasso”. Es decir, un conjunto de estratagemas para intentar captar clientes y llenarse un poco más el bolsillo. Pero por orden de prioridades, el siguiente en la lista es PAM, un supermercado italiano al más puro estilo Mercadona. Lo bueno: productos muy variados, precios medios y ofertas semanales que no están nada mal. Lo malo: mala distribución y precios altos en algunos productos (¡Hay que saber mirar!) y en algunas secciones (léase Papelería).

El bronce se lo cuelga COOP. Otro negocio similar al anterior pero con un aire más descuidado. Lo bueno: Tiene una marca blanca, aparte de la suya propia, que es muy barata y compite por igual con las más caras. Lo malo: precios altos en productos básicos (ej. Huevos, fiambre…), dudosa estética y unos empleados obtusos (subrayo esto último), incapaces de tratar a los clientes.

Y por último, aunque se cae del podio por un motivo de peso, llega CONAD. Uno de los “medianos”, porque no es como Carrefour pero tampoco como el pakistaní de la esquina. Éste último constituye la forma perfecta de dilapidar el dinero a bocajarro. Como diría una conocida: “No hay color”. Lo que hay en Conad, lo puedes encontrar también en otro supermercado, y seguro que más barato. Lo bueno: Las ofertas de 2x1. Lo malo: precios poco competitivos por ser desorbitados. Menor variedad que PAM y COOP y algo alejado del centro.

Aquí os dejamos las direcciones de las “sucursales” a las que solemos ir.

Lidl: Via Sebastiano Serlio

Pam: Via Guglielmo Marconi

Coop: Via Montebello

Conad: Via Sant’Isaia

Esperamos que sirvan de ayuda.

Y ahora, ante la gran expectación que han despertado nuestras “delicias culinarias”, jajaja, os dejamos varias fotos de las siguientes "delicatessen" que hemos ido preparando. Y es que en una ciudad como Bolonia, conocida popularmente como “la grassa” (la gorda) por su excelente cocina, teníamos que dejar el listón bien alto como buenos "gourmets" que somos.

Tortilla de patatas (¡la primera!) con salchichas Frankfurt

Filetes de ternera con salsa de vino tinto y cebolla

Guisado de pollo

Tagliatelle con atún y bechamel

Escalopes de ternera con salsa de vino blanco

2x1 en CONAD

¿Ñoras boloñesas?

¿Adivináis cuál será el próximo plato?

¡¡Un abrazo muy fuerte!!

Rubén